2/12/10

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propuesta
El gobierno porteño remodelará el Parque Chacabuco en un plazo de dos años y en cuatro etapas, la primera de las cuales comenzará en marzo 2010: comprende toda la zona que fue afectada por la construcción de las fallidas subida y bajada a la Autopista 25 de Mayo, y que hoy es un virtual terreno baldío de unos 30.000 metros cuadrados. En ese sector, se abrirá por primera vez en 30 años un acceso al parque desde la avenida Curapaligüe, cerrado desde que el intendente de la dictadura, Osvaldo Cacciatore, construyó la autopista que divide en dos al parque. En el lugar está prevista la construcción de un anfiteatro, para lo cual se recuperarán las antiguas gradas de la vieja pista de atletismo destruida por la construcción de la autovía. Sobre las otras tres etapas del proyecto, el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, dijo “se buscará el consenso con los vecinos”. “Se va más rápido haciendo una obra por consenso que autoritariamente”, afirmó.
El proyecto fue presentado el viernes último ante un grupo de vecinos, muchos de los cuales participaron en el reclamo contra la construcción de una subida y una bajada en la autopista. “El llamado a licitación para la primera etapa se hará en enero y la obra empezará en marzo. Tiene que estar terminada antes de fin de año”, afirmó Chaín. Esta etapa ya tiene financiamiento: son 12 millones de pesos que destinó AUSA para remediar el daño producido por su frustrada construcción.
En mayo del 2009, cuando la protesta vecinal crecía junto con el avance de la obra, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se presentó en el parque, convocó a los vecinos y anunció que la subida y la bajada no se harían. Seguidamente, ordenó la demolición de las columnas que estaban levantadas y la parquización de la zona afectada. La demolición ya concluyó y la idea es iniciar las obras para recuperar ese sector. “Si se demora mucho tiempo se corre el riesgo de una intrusión”, dijo el arquitecto Miguel Ortemberg, director de Proyectos Urbanos y Arquitectura del Ministerio.
“Como los vecinos nos pidieron que la parquización de la zona afectada por la autopista no fuera otro parche sino que formara parte de un proyecto integral, hicimos primero el proyecto para todo el parque”, explica Ortemberg. Sin embargo, el arquitecto prefiere no dar detalles de ese proyecto integral ya que está sujeto a debate con las organizaciones vecinales.
El Parque Chacabuco está constituido por 22 hectáreas delimitadas por las avenidas Asamblea, Curapaligüe y Eva Perón, y la calle Emilio Mitre. Las distintas intervenciones y el desguace a que fue sometido el parque hicieron que solamente hoy sean de uso público 17,5 hectáreas.
los lineamientos generales del proyecto, incluyen los siguientes puntos:
- La veda para los automóviles que hoy circulan y estacionan en las calles internas del parque. Para ello se planea eliminar el asfalto interno y reemplazarlo por pedregullo, y habilitar una calle de acceso desde Emilio Mitre, para el ingreso de vehículos en casos de emergencias (ambulancias o bomberos).
- No habría enrejado perimetral pero sí rejas para proteger áreas internas, como los Jardines de los Perfumes o de los Sonidos o el Paseo de las Esculturas, planeados en el proyecto.
- Se habilitarán dos nuevos pasos bajo la autopista para unificar los sectores norte y sur del parque. La idea es crear dos circuitos de tránsito peatonal y aeróbico, que comuniquen ambos sectores.
- Se propone la creación de un plan de manejo en el que participen las organizaciones vecinales y los distintos organismos públicos que hacen uso del parque, con el fin de organizar sus usos, de acuerdo con el modelo que funciona en Parque Avellaneda.
- Se propone reducir las áreas enrejadas correspondientes a dos escuelas ubicadas sobre el parque. Una de ellas encierra un anfiteatro que hoy forma parte del predio de una de las escuelas y que las autoridades proponen incorporar al parque. Esa decisión debería ser consensuada con el Ministerio de Educación y la comunidad educativa.
- Se propone la recuperación de la pista de atletismo, aunque está en discusión si se hace con un material de alta competición (tartan), como propone la Dirección de Deportes porteña. Ello implicaría habilitar su uso a deportistas y personas que utilicen calzados especiales y no a todos los vecinos, como ocurre actualmente. Por eso, no está decidida la forma en que se recuperará la pista.
- Está en discusión la instalación de caniles y fue descartada la construcción de bicisendas, que fueron rechazadas por los vecinos. Lo que sí se instalarían son apostaderos para bicicletas y motocicletas.
La ejecución de este proyecto está prevista en cuatro etapas “para no cerrar todo el parque durante mucho tiempo”, argumentó Ortemberg. En total, la obra demandaría dos años de trabajo y una inversión de 60 a 70 millones de pesos.
Para elaborar las propuestas, el equipo liderado por Ortemberg realizó un estudio histórico sobre el diseño original del parque y sus modificaciones a través del tiempo; y, por otro lado, a través de un convenio con el Consejo Argentino de Ingenieros realizó un relevamiento topográfico que incluyó un censo de los árboles que hay en el parque.
A partir de ese trabajo se obtuvo el diseño original del parque que proyectó el paisajista francés Carlos Thays, para su inauguración en 1904, y las sucesivas modificaciones: la incorporación del natatorio, la escuela para niños discapacitados y, en la década del ’70, la autopista, la construcción de dos escuelas primarias y un profesorado de educación física, el polideportivo y el centro cultural Adán Buenosayres que funcionan en el bajo-autopista. “Más que un parque, es un conjunto de plazas”, definió Chaín.
Esta situación hace que en el parque convivan distintas jurisdicciones del gobierno porteño: además de Espacios Verdes, los ministerios de Educación y de Cultura y la Subsecretaría de Deportes.


opinion de los vecinos



El proyecto fue presentado por el gobierno ante los vecinos en el CGPC 7, del barrio de Flores. Probablemente por la hora de la convocatoria –las 9 de la mañana– concurrieron apenas una docena de personas.
Los vecinos advirtieron una contradicción entre la iniciativa presentada y el proyecto enviado a la Legislatura por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, para concesionar los espacios bajo autopista. “El proyecto incluye la recuperación de parte del bajo autopista, pero no sabemos qué va a pasar si en el futuro se aprueba su concesión. No dieron ninguna precisión al respecto”, advirtió Adrián Placenti, de la asociación Juntos por Parque Chacabuco.
Las autoridades convocaron a una nueva reunión para la segunda quincena de enero, en la que “se comenzará a tratar el Plan de Manejo y la puesta en valor integral”, detalló Ortemberg.
“Pedimos que la reunión se haga en el parque y no en un CGPC alejado, para que puedan asistir más vecinos”, afirmó Placenti.
La asociación Juntos por Parque Chacabuco presentó hace poco más de un mes un petitorio con 3.500 firmas para que se declare el Parque Chacabuco Area de Protección Histórica. “El objetivo es que se proteja el parque por ley, para que no se hagan nuevas construcciones ni se le quiten más espacios”, dijo Julia Ororbia, integrante de la asociación.
Juntos por Parque Chacabuco se constituyó en oposición a la obra de subida y bajada, que para los vecinos constituía una nueva agresión al parque. Una vez logrado su objetivo de detener la obra, se abocaron a la presentación de una propuesta, para lo cual realizaron una encuesta entre los usuarios del parque. Sus resultados fueron presentados al Ministerio de Desarrollo Urbano.
La asociación también presentó recientemente un pedido de informes a las autoridades sobre la masiva circulación de vehículos dentro del parque, especialmente durante los fines de semana, en que sus calles internas quedan convertidas en una virtual playa de estacionamiento.
Motos circulando, falta de césped, terrenos intrusados, bancos que no existen, una pista para correr llena de piedras. Eso es lo que ven los vecinos del Parque Chacabuco cada vez que pasean por ahí. Una vez más, el parque es motivo de polémica: ahora, un proyecto del Gobierno de la Ciudad para reacondicionar sus 17 hectáreas provoca críticas entre los vecinos.
“El plan es oportunista. No tiene en cuenta las verdaderas necesidades del lugar”, dice Julia Ororbia, una de las vecinas en contra del proyecto del Ministerio de Desarrollo Urbano, que consta de cuatro etapas y tiene un presupuesto de $ 80 millones. Se prevé que las obras comiencen en marzo y la primera etapa será financiada por AUSA, en compensación por el deterioro que generó la frustrada construcción de la subida y la bajada para la Autopista 25 de Mayo.
La pista de atletismo es uno de los puntos más conflictivos. En conjunto con el Ministerio, la Secretaría de Deportes porteña había propuesto construir allí una pista de tartán, material utilizado en las pistas de alta competencia, con un costo de $ 4 millones. “Para una pista de ese nivel haría falta calzado especial y eso deja afuera a mucha gente”, se quejaba Gustavo Colángelo. Los vecinos ganaron esta batalla: el director de Proyectos Urbanos, arquitecto Miguel Ortemberg, confirmó anoche a Clarín que esa idea “está desactivada”.
Pero las diferencias entre el gobierno y los vecinos son muchas más, a pesar de que las dos partes dicen querer reconstruir el proyecto original que Carlos Thays trazó en 1903. La circulación de vehículos dentro del parque es uno de los temas sin consenso. Tampoco hay acuerdo con respecto a los terrenos debajo de la autopista. Los vecinos los reclaman propios y dicen que se les prometió un área de juegos, pero que en su lugar el gobierno planea instalar un bar. Ortemberg niega que esos terrenos vayan a ser concesionados: “Está catalogado como zona de caminos y por lo tanto no son parte del Parque”.